sábado, 15 de junio de 2013

Los Genes de ...

Dna wallpaper 

Cada día que pasa las agencias de investigación biotecnológica descubren una nueva causa de las innumerables dolencias que aquejan a los habitantes de las sociedades contemporáneas. En aras del triunfalismo y la financiación, parece que encontrar respuestas fáciles (aunque su búsqueda no lo haya sido) a preguntas harto complejas, como las causas del cáncer o la implicación de agentes infecciosos en diversas enfermedades, es algo común y razonable. Sin embargo, las respuestas fáciles no existen  y aún menos en el terreno de la biología. El gen del cáncer de mama, el gen de la agresividad e incluso el gen de la homosexualidad, dejan entrever el esqueleto de nuestros prejuicios, más que la trama de la investigación científica. El proyecto genoma humano, cuyo último borrador fue dado a luz el pasado 6 de septiembre de 2012 en la famosa revista Nature, no hace sino confirmar el profundo desconocimiento real que se tiene de la genética. Lejos de viejas interpretaciones de los genes, el genoma es un compendio de elementos móviles (más de un 50%), que son secuencias con capacidad autónoma para moverse por el genoma, escindirse e integrarse bajo ciertas condiciones; tan sólo un 1,5% del mismo, se traduce a proteínas, luego de forma directa, un ser humano es tan sólo el producto de ese 1,5% de su genoma. ¿Y el resto? Ese es el gran reto existente en la actualidad: entender la naturaleza de la información genética, pues tras más de un siglo de investigación, parecen más los interrogantes que las respuestas. Los científicos ya empezaron a darse cuenta que en el caso de los genes dos mas dos no son igual a cuatro cuando, el ser humano, teniendo en suma unos 25.000 genes, algunos organismos mucho menos complejos como algunas plantas o nematodos, tenían ingentes cantidades de DNA dada su escasa complejidad.
Por esta razón, parece que en vista de las enormes dificultades a la hora de entender el mundo del DNA, y las innumerables implicaciones del ambiente para dar forma a los genes y en última instancia a los seres vivos, se torna un poco anacrónico que nos hablen de que la causa de un conjunto de enfermedades diferentes y complejas, con un sinfín de parámetros y variables todavía por descubrir como es el cáncer, es un único gen; su mal funcionamiento. Sobre todo cuando muchos de esos genes supuestamente alterados sólo se observan en enfermos y no se hace comparativa con individuos sanos. Cuando la metodología opera bien, se ve que muchos de esos supuestos genes alterados también lo están en personas sanas, luego ¿Cuál es la causa de la enfermedad? ¿Se habla de susceptibilidad? ¿Y que se sabe de la susceptibilidad sin conocer todavía el genoma humano? ¿Las estadísticas lo solucionan todo?
Lo único que podemos tener claro, es que “el gen de…” no existe, y rara vez la causa es un único segmento de DNA (salvo ciertas enfermedades puramente mendelianas). La prueba de ello es el experimento llevado a cabo hace más de una década con una célula tumoral, cuyo genoma se trasladó a una célula sana, y en aquel entorno no se comportó de modo canceroso.
Las enfermedades multifactoriales como el cáncer, tienen el hándicap de que son difíciles de abordar. Sin embargo, si los científicos quieren subvención  y el gran complejo empresarial de las ciencias de la salud, vender sus productos, el mensaje es que vamos por buen camino tapando agujeros. Lo que no se dice son los agujeros que se abren.
 

martes, 7 de mayo de 2013

Wikileaks frontier.



En ocasiones me da por pensar, y por recordar libros que he leído. Uno de los que más me gustó fue 1984 de George Orwell. No sólo se inventa una lengua que consigue eliminar los significados propios de los significantes para eliminar la carga conceptual que llevan, sino que además estructura un futuro distópico en el que la estructura política parece absolutamente blindada. Si no recuerdo mal, tres bloques mundiales en guerra permanente, cuyas alianzas cambiaban cada cierto tiempo, sin saber exactamente por qué. Un sistema que eliminaba el pasado y lo reconstruia a fuerza de mentira y manipulación. Las libertades individuales absolutamente limitadas, sobretodo la más importante, la de pensamiento. A través de sus telepantallas podían visionar y analizar tus gestos, tus acciones, tus costumbres, y evaluar si era un riesgo. Parece como si no se pudiera escapar. Sin embargo, una luz en el horizonte, una esperanza para el personaje, es Emmanuel Goldstein, y su grupo "La Hermandad", revolucionarios que El Partido intenta suprimir. Sin embargo, como en un sueño maquiavélico existe la posibilidad de que el mayor revolucionario, el objeto del odio manipulado de las "ovejas" que forman el país, Emmanuel Goldstein y su libro, no sean más que la creación del propio partido. Escalofriante es pensar, que aunque de cara a la galería se ilegitima la existencia de la revolución, ésta no es más que un medio para aglutinar a todos los disconformes, tenerlos controlados y llegado un momento, aplastarlos. No importan las verdades que dice el libro de Goldstein. La catarsis del odio debido al adoctrinamiento y a la falta de libertad se proyectan hacia la figura de un hombre del que sólo han oído hablar. Y los que no creen, los disconformes, encuentran un rastro de migas de pan en forma de señales de libertad y revolución, que les lleva directamente a la ratonera.


Al final, puede que unos cuantos se dieron cuenta en un momento dado, de que no importaba el grado de cosas que sabe la gente pues, por muy injusto o agresivo, lesivo y arrollador que sea el mundo, lo único que quiere la gente es vivir en el mundo en el que ha nacido, sobretodo si el marqueting te convence de que el país vecino es peor que el tuyo; o mires a dónde mires no ves nada mejor. Ya lo dijo Churchill: "La democracia es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes." Y así, en el imaginario colectivo tenemos presente que vivimos de la mejor de las maneras posibles.

http://wikileaks.org/

sábado, 16 de marzo de 2013

Beyond the Invisible

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Es extraño cuando sientes el abrazo de alguien que va a morir. Cuando los brazos te rodean y te aprientan tan fuerte como si se aferraran a la vida que se les escapa de entre los dedos. Cuando sientes a la vez su tisteza, su miedo, y su rabia. De repente se van. De repente, su reloj no avanza, sino que muestra una cuenta atrás hacia el cero, y no hay manera. Puedes patalear, llorar, reir, que te da igual. Y ya no es la vida que se te va. Lo es todo.
Es éste río el que he visto brotar de los ojos de alguien. Si lo percibes bien, no estás delante de un nombre, ni de unos actos ni de unas ideas. Te das cuenta que estás frente a una persona. Y es curioso cómo todo lo que dijo una vez se desvanece, porque realmente se encuentra en ese estado en el que todos los hombres somos iguales. Da igual lo que dijo, o lo que hizo, o lo que pensó. Da igual si te gustó o no. No importa Zara, no importa la corrupción, no importa el cambio climático, no importa la lluvia en el parabrisas, ni tampoco los papeles que tira la gente a la calle. No importa el mando a distancia. No importa que en el metro no te dejen salir. No importa lo oscura que está la calle en algunos sitios, ni que las fuentes ya no funcionen, ni que la cerveza suba de precio, ni que los cómicos no tengan gracia, ni que en tu casa haya una gotera. No importa. Un estrechamiento de brazos que sólo te cuenta al oído la cruda realidad.
La muerte me está empezando a rondar alrededor, y no me gusta nada. Si pudiera elegir, le pediría a mi verdugo que fuera rápido. No querría despedirme. Odio las despedidas. Un corte limpio, y se acabó. Podría suplicarle que me dejase más tiempo, pero me da la sensación de que no escucha muy bien.
Me pregunto de qué sirve todo ésto. Tanto esfuerzo en aprender, en vivir, tanto sufrimiento para qué. Un día vas, y te detectan algo. Algo enfermizo que nos está matando en ésta sociedad. No es normal que cada vez haya más casos de cáncer. Lo estamos comiendo, lo estamos respirando, lo estamos bebiendo cada día. El mundo en el que vivimos nos está matando. Están los parabenos, los aditivos alimenticios, las hormonas de los caballos, las vacas y los pollos; los plásicos y sus derivados, los metales pesados como el que tiene el pescado o los que respiramos en las ciudades contaminadas; la radiación de los móviles, los medicamentos, todo. Todo nos quita la vida. Eso sin contar con que dormimos poco y mal, las preocupaciones nos consumen, el estrés nos corroe.. ¿De verdad nos vale mantener a flote una sociedad tan lesiva como ésta? Joder, ésto parece una guerra. Tenemos víctimas todos los días. ¿Qué coño es el cáncer? Es una palabra que da miedo mentar. Parece que si la susurras te va a caer encima todo el peso de su significado. Para otros es una llamada a lo realmente desconocido. ¿Qué es? Es un castigo, pero no divino. Muy terrenal. Es nuestro modo de vida, la pandemia que asola a éste planeta desde hace bien poco. ¿Qué hemos hecho? Nos lo hemos cargado absolutamente todo, sin ni siquiera pestañear. Y encima, en ésta sociedad de consumo y manipulación, nos han convencido de que no podemos vivir de otra manera. Siento que estamos encerrados en un bucle, en Mátrix, sin margen de maniobra. Cada uno vive como puede, y ya está. El que puede vivir mejor lo hace, y así de simple, aunque no sepa realmente qué es "vivir"  y qué es "mejor".
Había veces que miraba por la ventana, y no entendía nada. Cerraba los ojos, los volvía a abrir, y la racionalidad en la que vivíamos acudía a mí de nuevo, para salvarme de la pesadilla que es no etender nada. A medida que pasan los años, la pesadilla dura más, y la racionalidad tarda más en rescatarme. Cada vez entiendo menos. Y cada vez me gusta menos. ¿Where is the hope, beyond the created world? ¿Beyond the lies and ties? ¿Beyond the invisible?

miércoles, 13 de marzo de 2013

Si tu vida se mide en Gigas...

Sobre el anuncio de Tuenti que dice "Si tu vida se mide en Gigas...", yo me pregunto qué pretenden vendernos. ¿Si mi vida se midiera en Gigas? Pues lo más probable es que fuera un disco duro, un ordenador, ó algo por el estilo. ¿Es posible que nos estemos convirtiendo en máquinas prediseñadas si medimos nuestra vida en Gigas? ¿en elementos que podemos almacenar en la memoria de un aparato? Entonces nuestra vida no es más que la de los aparatos que nos rodean.
Por supuesto esto es una exageración. No creo que el impacto de los anuncios sea tan trascendente en la sociedad. Además, no sé qué es peor, si medir tu vida en Gigas ó en minutos de productividad. Los relojes son la gran estafa de la humanidad. Los llevamos allá donde vamos. Claro, cuando nuestra vida dependía del día y de la noche, no hacía falta reloj. Cuando nuestra vida comenzó a funcionar en pos de las exigencias de terceros....la cosa cambió.
De todas formas, ésto es un argumento muy manido. Todos deberíamos saber que somos una sociedad protésica; nuestras prótesis son internet, los ordenadores, los relojes, los móviles, etc.... Ni siquiera somos capaces de cocinar sin microondas. La verdad es que es de risa. Sentado como estoy, transmitiendo mis pensamientos a través de mi prótesis particular, y criticando el medio por el que me expreso. Qué desagradecido que soy...
Propuesta: midamos la vida en función del que nos regale el móvil de última generación, el coche, ó el ordenador con más capacidad. Total, qué más dará si somos nosotros mismos quienes vendemos nuestra vida (y nuestras almas) al mejor postor...Lo que pasa es que última generación, significa de manera implícita, que mañana ya no será útil, porque habrá algo mejor. Siempre habrá una generación posterior que sustituirá a la anterior. ¿Son nuestras vidas de última generación?

lunes, 11 de marzo de 2013

Nueve años después del horror.


Nueve años después, no olvidamos. Nadie olvida. ¿Recordamos qué estabamos haciendo el día que recibimos la noticia? Yo recuerdo perfectamente dónde me encontraba y qué estaba haciendo. Aquí, en Madrid. Pero no fue un segundo. Fue un día entero de opresión en el pecho, de esa que no te deja respirar. Te ves envuelto en las peores pesadillas que otros países habían vivido. Como una colleja, la noticia progresiva nos iba sumiendo en un dolor y un desconcierto cada vez más penetrantes. Digo progresiva, porque a lo largo de todo el día, el rojo sangre que veíamos a través de los medios, ó en directo algunos otros, se iba transformando en negro; negro por el creciente número de muertos; negro por las crecientes sirenas que escuchábamos por las calles; negro por el miedo. Yo recuerdo justo dónde estaba, y lo que pensé. De algún modo, todos fuimos en aquellos trenes.


Si alguno de nuestros lectores quiere compartir su experiencia de aquel día ominoso, dónde estaba, que pensó, le insto a escribirlo en los comentarios de este post, y se publicarán.


1. Eva Belén Abad Quijada, española, 30 años
2. Óscar Abril Alegre, español, 19 años
3. Liliana Guillermina Acero Ushiña, ecuatoriana, 26 años
4. Florencio Aguado Rojano, español, 60 años
5. Juan Alberto Alonso Rodríguez, español, 38 años
6. María Josefa Álvarez González, española, 48 años
7. Juan Carlos Del Amo Aguado, español, 28 años
8. Andriyan Asenov Andrianov, búlgaro, 22 años
9. María Nuria Aparicio Somolinos, española, 40 años
10. Alberto Arenas Barroso, español, 24 años
11. Neil Hebe Astocondor Masgo, peruano, 34 años
12. Ana Isabel Ávila Jiménez, española, 43 años
13. Miguel Ángel Badajoz Cano, español, 34 años
14. Susana Ballesteros Ibarra, española, 42 años
15. Francisco Javier Barahona Imedio, español, 34 años
16. Gonzalo Barajas Díaz, español, 32 años
17. Gloria Inés Bedoya, colombiana, 40 años
18. Sanaa Ben Salah Imadaquan, española hija de marroquíes, 13 años
19. Esteban Martín de Benito Caboblanco, español, 39 años
20. Rodolfo Benito Samaniego, español, 27 años
21. Anka Valeria Bodea, rumana, 26 años
22. Livia Bogdan, rumana, 27 años
23. Florencio Brasero Murga, español, 50 años
24. Trinidad Bravo Segovia, española, 40 años
25. Alina Maria Bryk, polaca, 39 años
26. Stefan Budai, rumano, 37 años
27. Tibor Budi, rumano, 37 años
28. María Pilar Cabrejas Burillo, española, 37 años
29. Rodrigo Cabrero Pérez, español, 20 años
30. Milagros Calvo García, española, 39 años
31. Sonia Cano Campos, española, 24 años
32. Alicia Cano Martínez, española, 63 años
33. José María Carrilero Baeza, español, 39 años
34. Álvaro Carrión Franco, español, 17 años
35. Francisco Javier Casas Torresano, español, 28 años
36. Cipriano Castillo Muñoz, español, 55 años
37. María Inmaculada Castillo Sevillano, española, 39 años
38. Sara Centenera Montalvo, española, 19 años
39. Oswaldo Manuel Cisneros Villacís, ecuatoriano, 34 años
40. Eugenia María Ciudad-Real Díaz, española, 26 años
41. Jacqueline Contreras Ortiz, peruana, 22 años
42. María Soledad Contreras Sánchez, española, 51 años
43. María Paz Criado Pleiter, española, 52 años
44. Nicoleta Deac, rumana, 27 años
45. Beatriz Díaz Hernández, española, 30 años
46. Georgeta Gabriela Dima, rumana, 35 años
47. Tinka Dimitrova Paunova, búlgara, 31 años
48. Kalina Dimitrova Vasileva, búlgara, 31 años
49. Sam Djoco, senegalés, 42 años
50. María Dolores Durán Santiago, española, 34 años
51. Osama El Amrati, marroquí, 23 años
52. Sara Encinas Soriano, española, 26 años
53. Carlos Marino Fernández Dávila, peruano, 39 años
54. María Fernández del Amo, española, 25 años
55. Rex Reynaldo Ferrer, filipino, 20 años
56. Héctor Manuel Figueroa Bravo, chileno, 33 años
57. Julia Frutos Rosique, española, 44 años
58. María Dolores Fuentes Fernández, española, 29 años
59. José Gallardo Olmo, español, 33 años
60. José Raúl Gallego Triguero, español, 39 años
61. María Pilar Gámiz Torres, española, 40 años
62. Abel García Alfageme, español, 27 años
63. Juan Luis García Arnáiz, español, 17 años
64. Beatriz García Fernández, española, 27 años
65. María de las Nieves García García-Moñino, española, 46 años
66. Enrique García González, dominicano, 28 años
67. Cristina Aurelia García Martínez, española, 34 años
68. Carlos Alberto García Presa, español, 24 años
69. José García Sánchez, español, 45 años
70. José María García Sánchez, español, 47 años
71. Javier Garrote Plaza, español, 26 años
72. Petrica Geneva, rumana, 34 años
73. Ana Isabel Gil Pérez, española, 29 años
74. Óscar Gómez Gudiña, español, 24 años
75. Félix González Gago, español, 52 años
76. Angélica González García, española, 19 años
77. Teresa González Grande, española, 38 años
78. Elías González Roque, español, 30 años
79. Juan Miguel Gracia García, español, 53 años
80. Javier Guerrero Cabrera, español, 25 años
81. Berta María Gutiérrez García, española, 39 años
82. Sergio de las Heras Correa, español, 29 años
83. Pedro Hermida Martín, español, 51 años
84. Alejandra Iglesias López, española, 28 años
85. Mohamed Itaiben, marroquí, 27 años
86. Pablo Izquierdo Asanza, español, 42 años
87. María Teresa Jaro Narrillos, española, 32 años
88. Oleksandr Kladkovoy, ucraniano, 56 años
89. Laura Isabel Laforga Bajón, española, 28 años
90. María Victoria León Moyano, española, 30 años
91. María Carmen Lominchar Alonso, española, 34 años
92. Myriam López Díaz, española, 31 años
93. María Carmen López Pardo, española, 50 años
94. María Cristina López Ramos, española, 38 años
95. José María López-Menchero Moraga, español, 44 años
96. Miguel de Luna Ocaña, español, 36 años
97. María Jesús Macías Rodríguez, española, 30 años
98. Francisco Javier Mancebo Záforas, español, 38 años
99. Ángel Manzano Pérez, ecuatoriano, 42 años
100. Vicente Marín Chiva, español, 37 años
101. Antonio Marín Mora, español, 43 años
102. Begoña Martín Baeza, española, 25 años
103. Ana Martín Fernández, española, 43 años
104. Luis Andrés Martín Pacheco, español, 54 años
105. María Pilar Martín Rejas, española, 50 años
106. Alois Martinas, rumano, 27 años
107. Carmen Mónica Martínez Rodríguez, española, 31 años
108. Míriam Melguizo Martínez, española, 28 años
109. Javier Mengíbar Jiménez, español, 42 años
110. Álvaro de Miguel Jiménez, español, 26 años
111. Michael Mitchell Rodríguez, cubano, 28 años
112. Stefan Modol, rumano, 45 años
113. Segundo Víctor Mopacita Mopacita, ecuatoriano, 37 años
114. Encarnación Mora Donoso, española, 64 años
115. María Teresa Mora Valero, española, 37 años
116. Julita Moral García, española, 53 años
117. Francisco Moreno Aragonés, español, 56 años
118. José Ramón Moreno Isarch, español, 37 años
119. Eugenio Moreno Santiago, español, 56 años
120. Juan Pablo Moris Crespo, español, 32 años
121. Juan Muñoz Lara, español, 33 años
122. Francisco José Narváez de la Rosa, español, 28 años
123. Mariana Negru, rumana, 40 años
124. Ismael Nogales Guerrero, español, 31 años
125. Inés Novellón Martínez, española, 30 años
126. Miguel Ángel Orgaz Orgaz, español, 34 años
127. Ángel Pardillos Checa, español, 62 años
128. Sonia Parrondo Antón, española, 28 años
129. Juan Francisco Pastor Pérez, español, 51 años
130. Daniel Paz Manjón, español, 20 años (hijo de Pilar Manjón)
131. Josefa Pedraza Pino, española, 41 años
132. Miryam Pedraza Rivero, española, 25 años
133. Roberto Pellicari Lopezosa, español, 31 años
134. María del Pilar Pérez Mateo, española, 28 años
135. Felipe Pinel Alonso, español, 51 años
136. Martha Scarlett Plasencia Hernández, dominicana, 27 años
137. Elena Ples, rumana, 33 años
138. María Luisa Polo Remartínez, española, 50 años
139. Ionut Popa, rumano, 23 años
140. Emilian Popescu, rumano, 44 años
141. Miguel Ángel Prieto Humanes, español, 37 años
142. Francisco Antonio Quesada Bueno, español, 44 años
143. John Jairo Ramírez Bedoya, colombiano, 37 años
144. Laura Ramos Lozano, hondureña, 37 años
145. Miguel Reyes Mateos, español, 37 años
146. Marta del Río Menéndez, española, 40 años
147. Nuria del Río Menéndez, española, 38 años
148. Jorge Rodríguez Casanova, español, 22 años
149. Luis Rodríguez Castell, español, 40 años
150. María de la Soledad Rodríguez de la Torre, española, 42 años
151. Ángel Luis Rodríguez Rodríguez, español, 34 años
152. Francisco Javier Rodríguez Sánchez, español, 52 años
153. Ambrosio Rogado Escribano, español, 56 años
154. Cristina Romero Sánchez, española, 34 años
155. Patricia Rzaca, polaca, 7 meses
156. Wieslaw Rzaca, polaco, 34 años
157. Antonio Sabalete Sánchez, español, 36 años
158. Sergio Sánchez López, español, 17 años
159. María Isabel Sánchez Mamajón, española, 37 años
160. Juan Antonio Sánchez Quispe, peruano, 45 años
161. Balbina Sánchez-Dehesa Francés, española, 47 años
162. David Santamaría García, español, 23 años
163. Sergio dos Santos Silva, brasileño, 28 años
164. Juan Carlos Sanz Morales, español, 33 años
165. Eduardo Sanz Pérez, español, 31 años
166. Guillermo Senent Pallarola, español, 23 años
167. Miguel Antonio Serrano Lastra, español, 28 años
168. Rafael Serrano López, español, 66 años
169. Paula Mihaela Sfeatcu, rumana, 27 años
170. Federico Miguel Sierra Serón, español, 37 años
171. Domnino Simón González, español, 45 años
172. María Susana Soler Iniesta, española, 46 años
173. Carlos Soto Arranz, español, 34 años
174. Mariya Ivanova Staykova, búlgara, 38 años
175. Marion Cintia Subervielle, francesa, 30 años
176. Alexandru Horatiu Suciu, rumano, 18 años
177. Danuta Teresa Szpila, polaca, 28 años
178. José Luis Tenesaca Betancourt, ecuatoriano, 17 años
179. Iris Toribio Pascual, español, varón, 20 años
180. Neil Torres Mendoza, ecuatoriano, 38 años
181. Carlos Tortosa García, español, 31 años
182. María Teresa Tudanca Hernández, española, 49 años
183. Jesús Utrilla Escribano, español, 44 años
184. José Miguel Valderrama López, español, 25 años
185. Saúl Valdés Ruiz, hondureño, 44 años
186. Mercedes Vega Mingo, española, 45 años
187. David Vilela Fernández, español, 23 años
188. Juan Ramón Zamora Gutiérrez, español, 29 años
189. Yaroslav Zojniuk, ucraniano, 48 años
190. Csaba Olimpiu Zsigovski, rumana, 26 años



domingo, 20 de enero de 2013

El mundo de la mentira

(imagen tomada de http://ozgarden.bandcamp.com/)
Cada vez se me hace más patente el montaje y la mentira en la que vivimos inmersos. A veces me digo a mi mismo, que me lo tengo que creer un poquito; que tengo que pasar por el aro, porque si no, voy a pasarlo realmente mal. Sin embargo, mi propia naturaleza me obliga a mirar alrededor y repasar una y otra vez la mascarada, buscando un halo de verdad.
Encuentro que todo está inmerso en una construcción artificiosa que sirve para mantenernos anclados a este mundo, aferrados a lo que se nos hace nuestro  pero nos es ajeno, y nos es impuesto. Lo comercial nos maneja, manipula nuestros pensamientos. Ya está muy manido aquello de que el sistema, la sociedad, y todo lo que hay en ella, empezando por esa educación deshumanizada que enseña a los niños todo aquello que deberán ser, nos aleja de nuestra propia naturaleza, y nuestro propio ser. Habría que escribir tratados sobre nuestra naturaleza…para dirimir qué es exactamente aquello a lo que llamamos “nuestra naturaleza”, nuestro “yo”; porque al final resulta que nuestro “yo” es una construcción. Sin embargo, algo debe fallar, porque todos los días vemos choques entre esa construcción, las personas, y esa otra creación llamada sociedad, sistema, como se quiera llamar. Somos individuos que, aunque no lo sepamos (los que no lo saben), se encuentran en un mundo para el que no están hechos, en una naturaleza en la que no saben vivir. Somos náufragos de la vida, como decía aquel famoso escritor.
Y en ésta reflexión es dónde veo todo lo que me rodea como una gran mentira. Aquella mascarada que decía al principio. Y no sé discernir muy bien, qué mascarada está creada a propósito para manejar nuestras vidas  y cuál es la que es tan sólo consecuencia de la bola de nieve que hemos construido…o mejor dicho, han construido otros, porque yo no.
Como en una carretera, conducimos nuestras vidas por autopistas, autovías; a veces carreteras secundarias; en ocasiones pagando peajes y en otras saltándonos semáforos, STOPs, cedas el paso. Podemos tener accidentes, o conducir con responsabilidad. Podemos ir acompañados de una, dos, tres, o más personas. Muchas veces vamos solos, sintiendo la soledad, o a gusto con nuestra música. Sin embargo, esa misma sensación de ir sentado en un cubículo pequeño, tan sólo un asiento, a los mandos de un vehículo con múltiples posibilidades, pero siempre guiado. Siempre conduciendo por los caminos que otros han diseñado para mí. Siempre según sus reglas. Lo llaman libertad, pero sólo conoces lo que ellos quieren. Hay muchas carreteras, muchas vías por las que puedes pasar. Muchas más de las que te dará tiempo a rodar durante toda tu vida. Pero siempre, siempre, siempre, encerrado en una caja, a la velocidad permitida, ni muy despacio, ni muy deprisa; ellos ponen las reglas, los límites de velocidad, los movimientos permitidos…todo; por los caminos que debes ir. Te crean la ilusión de que eres libre, pero no es cierto. Y la gente se lo llega a creer. Y estás obligado, ya no a ceñirte a las vías, sino a seguir conduciendo el resto de tu vida. ¿De verdad crees que eres libre porque puedes cambiar de carril? Pobre desgraciado.  Y encima nos tenemos que sentir afortunados por tener gasolina, por tener coche, por estar en las vías y en movimiento. A lo largo del camino, te dan múltiples muestras de la gente que se encuentra en los márgenes de la carretera, sin poder moverse; sus vidas se vendieron hace mucho para poder construir la carretera, y para que tú puedas conducir. Porque al final, todo se reduce a los que conducen y los que no, a los ricos y a los pobres, a los fuertes y a los débiles, a los que portan las armas y a los que no….a los consumidores y a los productores. A los que deciden qué es legítimo y a los que no tienen ese poder. Nos hacen creer (¡y lo consiguen!) que todo lo que hay es porque lo hemos decidido entre todos, pero es mentira.
Somos seres pasivos. Tenemos la suerte de ser los consumidores de éste mundo. Nos crean apetitos, cada vez en mayor cantidad; apetito de entretenimiento, de consumo, de carne, de sexo, de religión, de descarga, de deporte, de….un sinfín de elementos. Una larga lista de opciones para pasar éste viaje lo más suavemente posible, entre la esclavitud del trabajo, y la del consumo (“trabajas de ocho a tres, y consumes de tres a ocho”). Somos pequeñas entidades preformadas en los colegios para servir, para cumplir las expectativas que tiene ésta sociedad de nosotros. Vivimos en pedazos de aire, trabajamos para fines que a veces desconocemos; para mover un capital que acabará en las manos de unos pocos, mientras desgastamos nuestras vidas en lo que nos dijeron una vez que era lo que había que hacer. Nuestros padres han desgastado sus vidas trabajando, consumiendo sus esperanzas, sus anhelos y sus sueños, muriendo con cada minuto un poquito. Cuántos de nuestros padres les conocimos con una sonrisa, con unos gustos por la música, por los libros, por los viajes, y un largo etc… y poco a poco vemos cómo pierden la fuerza, las ganas… ¿es normal perder la fuerza con la edad, o es que ésta sociedad quema hasta los huesos a los que viven en ella? La batalla está perdida.
Es todo un montaje, una puesta en escena. Somos parte del engranaje. No somos libres. Estamos atados a esto, y no queda otra.
Las armas matan a seres humanos en las guerras; las drogas consumen a los que se refugian en mundos paralelos en nuestras sociedades perfectas; el pescado tiene mercurio; la carne tiene hormonas y antibióticos; las frutas y verduras se riegan con aguas contaminadas; los alimentos sintéticos nos matan por dentro; la contaminación nos llega hasta los pulmones, y desde ahí a la sangre; el estrés nos provoca infartos de miocardio y cerebrales cada vez con más frecuencia; los cánceres aumentan de modo explosivo; cada vez más gente se siente sola, a pesar de vivir en la era de las comunicaciones y de las redes sociales; el mundo cambia muy rápido, en función de los criterios de unos pocos, mucho más rápido de lo que podemos adaptarnos a él; desconcierto, competitividad, agresividad, violencia, desasosiego; si no pagamos nos cortan la luz; si no pagamos nos cortan el agua; si no pagamos nos echan de nuestra casa; si no pagamos no podemos comer; si no pagamos no podemos formarnos para tener un trabajo para poder pagar otras cosas; si no pagamos nos quitan la dignidad; si no pagamos, no podemos desconectar; si no pagamos, tampoco podemos conectarnos; los mares contaminados; cada vez menos árboles, bosques del mundo esquilmados por entidades transnacionales que buscan el lucro…y para las que tenemos que demostrar nuestra valía, para que nuestro trabajo, sea valorado y podamos pagar; somos esclavos absolutos del capital, y está asumido; los otros seres vivos no significan nada para nosotros; los otros seres humanos, al final, no significan nada para nosotros;  todo según las reglas de unos pocos. Queremos huir, pero no podemos, porque tenemos que pagar. Y debemos mucho dinero; por nuestro sistema social (¿?), por el gasto de nuestros empresarios, por el gasto de nuestros políticos; por las decisiones de otros  yo debo dinero  y mis hijos lo deberán. Y mientras, consume; consume nuestras tortitas, compra Coca Cola, cómprate un Renault y serás libre, escucha ésta música, lee éste libro, ve ésta película; cómprate ropa nueva para valorarte, maquíllate, opérate, ve al gimnasio, intenta ser guapo, demuestra lo que eres, demuestra lo que eres, demuestra lo que eres, con la moda, con lo que llevas puesto, con tu cara, con tus músculos, con tu abrigo, con tu coche, con tus conocimientos, con tu casa, con tus hijos, con tu novia….demuestra lo que eres. Los negros, las mujeres, los gitanos, los ricos, los pobres, los chinos, los jóvenes, los que pagan y los que no, los ancianos, los religiosos, los ateos, los vagos, los altos, los guapos, los feos, los bajitos, los discapacitados, los políticos, los que tienen, los que no…diferencias, diferencias, diferencias, ¿tú que eres? ¿de qué bando eres? ¿de qué partido eres? ¿trabajas? ¿estudias? ¿Eres un nini? Vago!! Tienes que estudiar, y trabajar, y aprender idiomas……….no te puede afectar tanto que haya niños en el mundo que se mueran de hambre….siéntete afortunado, pero no lo pienses demasiado….eres libre, pero no puedes hacer lo que quieras, hay reglas…….es legal que te echen de tu casa, y del trabajo, y que te despiertes todos los días sin ganas de vivir, y que no entiendas dónde vives, ni por qué las cosas funcionan de una manera  o de otra, pero no es legal que te manifiestes cuando no está permitido, ni que revientes el cajero del banco que te ha quitado la casa….los políticos son corruptos, pero a alguien hay que votar…..
Todo, absolutamente todo es mentira. Es una aberración, una construcción deforme de lo que es vivir en el mundo. Todo está montado.  Y éste montaje, no funciona bien. Sólo para unos pocos. Somos esclavos de tantas y tantas cosas….
Yo veo el juego de toda la historia. Los fuertes oprimiendo o dominando a los débiles. El éxito de nuestra época, es que ésta vez, los encadenados se creen que son libres, y las cadenas se hacen invisibles a los ojos de los impávidos. A veces se ven, y entonces unos u otros procuran hacer la vista gorda y sentir el aire acondicionado en la cara, como si fuera el aire exterior que nos golpea, como una sensación de libertad ficticia.
Pero qué pesimista soy…el mundo no es tan negro. Dentro de la vida hay pequeñas alegrías, pequeñas cosas que te hacen feliz. Quizás es cierto. Quizás soy demasiado cómodo; me he ido por el camino fácil, el de ver las cosas de un modo, cuando tendrías que esforzarme como el resto en adornarlas, hasta que un día no me costara ningún trabajo.
 “Y entonces, ¿para qué vives, si lo ves todo así de horrible?” ¿Acaso me quitas tú el derecho a vivir porque veo petróleo donde tú ves sólo una mancha de aceite? Vivo, porque me gusta vivir. Esa es la diferencia entre un depresivo y uno como yo. El depresivo es infeliz, y mancha su visión de la vida con el fondo negro que tiene en su corazón. Al final, pierde las ganas de vivir, por ver las cosas tal como es, y no tal como son. Yo tengo muchísimas ganas de vivir, y de conocer, y de hacer; por ello, mi visión no está contaminada por una vida que no quiero, o con la que no estoy contento. Mi visión es normal, acorde a un pensamiento crítico….se podrá pensar distinto a mí, por supuesto, pero el que crea que esto funciona bien, o que no está tan mal, o no ha salido nunca de su pueblo, o es un adoctrinado, o es uno de esos que vive a costa del 80% de la población mundial junto a Botín. “No es sano estar bien adaptado a una sociedad enferma”.
“Mucho hablar, mucha teoría, pero poco cambiar las cosas”  En todo proceso de crítica y cambio, el sistema de análisis comienza con la observación del error y el posterior intento de subsanar el mismo. No se puede intentar subsanar el error sin haber observado el mismo con anterioridad. Imposible. El proceso es coherente con el sistema de análisis. Cuando halle una solución, ahí estará. Si no la encuentro, no se me puede culpar. En cualquier caso, mis palabras no pierden valor por ser mera teoría. De base, no tienen ningún valor, porque las palabras nunca han valido más que el papel en el que están escritas. Lo que vale es lo que transmite.